martes, 3 de enero de 2012

El abuso de analgésicos y la automedicación pueden provocar la muerte

Gilberto Castañeda, científico del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), precisó que la automedicación y el abuso de analgésicos pueden provocar la muerte.

El experto indicó que la automedicación de analgésicos además de disfrazar el verdadero origen del malestar, puede provocar hemorragias y úlceras gástricas, las cuales, en la mayoría de los casos no se presentan síntomas hasta cuando la enfermedad es muy avanzada y terminan en la muerte.

Castañeda Hernández explicó que en Estados Unidos el abuso en los medicamentos causa más muertes que el cáncer y la diabetes, por lo que propuso que en México se analice el índice de mortalidad a causa de la automedicación porque las cifras podrían ser parecidas.

Por esta razón, expuso, es importante la aplicación correcta de las leyes que prohíben la venta de algunos medicamentos sin la prescripción médica, ya que la legislación existe, sin embargo, no se aplica.

Abundó que además de la falta de regulación en la venta de medicamentos, las consecuencias por el consumo excesivo de analgésicos se debe a que muchos pacientes toman estos compuestos incluso antes de que aparezca el dolor, lo cual se relaciona muchas veces con el estrés mental.

El especialista explicó, en un comunicado emitido por el Cinvestav, que los medicamentos se pueden clasificar en tres grupos: los seguros o de venta libre, como el paracetamol o la aspirina.

Otro grupo son los que requieren de receta médica para su venta, es decir, los medicamentos donde el médico señala dosis para evitar reacciones negativas como los analgésicos; y los peligrosos, aquellos que sólo pueden suministrarse en hospitales y requieren de más control como los anestésicos.

Agregó que los genéricos intercambiables no entran en la primera clasificación, por lo que de igual forma requieren de la prescripción de un médico, ya que los doctores recetan con base a sus conocimientos y, si un genérico tiene la misma fórmula que uno de patente, las reacciones son las mismas.

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