Se trata de una joven profesional de 27 años de edad, emprendedora y trabajadora con anhelos de superación, y que como cualquier otra chica, quería verse despampanante en su vestido de gala para su graduación; lo que nunca pudo imaginar es que sus deseos por verse bella sumado a la negligencia de una “especialista en estética” la pondrían al borde de la muerte y la condenarían a cargar la cruz de docenas de dolorosos abscesos en todo su abdomen y espalda. Para corregir su padecimiento, requirió numerosas intervenciones quirúrgicas y tratamiento especializado, y aún, su calvario continúa.
Este artículo se publica, como un llamado de atención hacia quienes obviando la atención profesional capacitada, se entregan en manos de personas que no tienen la debida formación profesional certificada.
Este artículo se publica, como un llamado de atención hacia quienes obviando la atención profesional capacitada, se entregan en manos de personas que no tienen la debida formación profesional certificada.
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Fuente: Noticia al Día
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