miércoles, 26 de septiembre de 2012

Interesante tema ético-jurídico: ¿Se debe permitir que los muertos tengan hijos?

Investigadores de la Universidad de Harvard han llevado a cabo una macabra, aunque a su juicio necesaria, encuesta. Por primera vez, se ha preguntado a la población general (en este caso, de EEUU) sobre la conveniencia de una práctica posible pero con un fuerte componente ético: la reproducción póstuma, es decir, la concepción de un hijo uno de cuyos padres ha fallecido. Las preguntas, realizadas a más de 1.000 individuos, desvelan que casi el 50% de la gente apoyaría este tipo de prácticas, aunque la mayoría preferirían que hubiera un consentimiento previo por parte del progenitor fallecido.

Como explican los autores del estudio, publicado en la revista 'Fertility and Sterility', el concepto de reproducción póstuma ha cambiado mucho en los últimos años. Un hijo póstumo siempre se ha considerado aquel cuyo padre había fallecido durante el embarazo. En casos muy especiales, podría suceder que fuera la madre la fallecida, pero prácticamente a punto de dar a luz.

Sin embargo, las técnicas de reproducción asistida han multiplicado las posibilidades y existen varios escenarios inimaginables hace unos años. El primero es el de aquellas parejas que han almacenado embriones tras un tratamiento para la infertilidad o por padecer una enfermedad. Tras fallecer uno de los dos miembros, el otro solicitaría el uso de esos embriones. En el caso de ser la mujer la fallecida, el hombre habría de recurrir a una madre de alquiler, una práctica legal en EEUU.   

Otra posibilidad es que lo que se haya almacenado no sean los embriones, sino los gametos (esperma u ovocitos). Esta posibilidad es la más común si uno de los miembros de la pareja se somete a tratamiento de quimio o radioterapia por padecer un cáncer.

Pero también puede suceder que se extraigan dichos gametos en el contexto de una enfermedad terminal e inesperada e incluso tras la muerte de una persona. Ya se han descrito casos de nacimientos con éxito fruto de una extracción espermática post-morten e incluso se estableció, en un estudio publicado en 'Human Reproduction' que se podía esperar hasta 36 horas para efectuar dicha extracción. Leer más

Fuente: ElMundo.es

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