En todo el mundo, muchas mujeres
sufren un trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros de salud,
que no solo viola sus derechos a una atención respetuosa, sino
que también amenaza sus derechos a la vida, la salud, la integridad física y a la
no discriminación. Esta declaración reclama un accionar más enérgico, diálogo,
investigación y apoyo en relación con este importante problema de salud pública
y de derechos humanos.
Garantizar el acceso universal a
una salud sexual y reproductiva segura, aceptable y de buena calidad,
especialmente el acceso a los anticonceptivos y a la atención de la salud
materna, puede reducir drásticamente los índices globales de morbimortalidad
materna.
En las últimas décadas, han mejorado los índices de parto en centros
de salud, dado que, con mayor frecuencia, se incentiva a las mujeres a
concurrir a estos para la asistencia del parto mediante estrategias de
generación de la demanda, la movilización de la comunidad, la educación, los
incentivos financieros o las acciones políticas.
Sin embargo, un número cada vez
mayor de investigaciones sobre las experiencias de las mujeres en el embarazo
y, en particular, el parto, plantean un panorama alarmante. Muchas mujeres en
todo el mundo sufren un trato irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el
parto en centros de salud. Esta es una violación de la confianza entre las
mujeres y los profesionales de la salud que las atienden, y también puede ser
un importante factor de desmotivación para las mujeres que buscan asistencia
materna y utilizan estos servicios. Si bien es posible que, durante el
embarazo, el parto y el puerperio, se trate a las mujeres de manera
irrespetuosa y ofensiva, hay que tener presente que ellas son especialmente
vulnerables durante el parto. Estas prácticas podrían tener consecuencias
adversas directas tanto en la madre como en el bebé.
En los informes sobre el trato
irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros de salud, se hace mención a
un evidente maltrato físico, una profunda humillación y maltrato verbal,
procedimientos médicos sin consentimiento o coercitivos (incluida la
esterilización), falta de confidencialidad, incumplimiento con la obtención del
consentimiento informado completo, negativa a administrar analgésicos,
violaciones flagrantes de la privacidad, rechazo de la admisión en centros de
salud, negligencia hacia las mujeres durante el parto —lo que deriva en
complicaciones potencialmente mortales, pero evitables—, y retención de las
mujeres y de los recién nacidos en los centros de salud debido a su incapacidad
de pago. Es más probable que las mujeres adolescentes, las solteras, las de
nivel socioeconómico bajo, las que pertenecen a una minoría étnica, las
inmigrantes y las que padecen VIH, entre otras, sufran un trato irrespetuoso y
ofensivo.
Todas las mujeres tienen derecho
a recibir el más alto nivel de cuidados en salud, que incluye el derecho a una
atención digna y respetuosa en el embarazo y en el parto, y el derecho a no
sufrir violencia ni discriminación. El maltrato, la negligencia o la falta de
respeto en el parto pueden constituirse en una violación de los derechos
humanos fundamentales de las mujeres, descritos en las normas y los principios
internacionales de derechos humanos. En particular, las embarazadas tienen
derecho a recibir un trato igual de digno que otras personas, a tener la
libertad de solicitar, recibir y transmitir información, a no sufrir
discriminación y a obtener el más alto nivel de salud física y mental, incluida
la salud sexual y reproductiva.
A pesar de la evidencia
presente, que sugiere que el trato irrespetuoso y ofensivo a las mujeres
durante el parto en centros de salud es bastante frecuente, en la actualidad,
no hay consenso internacional sobre cómo definir y medir, científicamente, el
maltrato ni la falta de respeto. Por consiguiente, se desconocen su prevalencia
e impacto en la salud, el bienestar y elecciones de las mujeres. Existe una
notable agenda de investigación para lograr una mejor definición, medida y
comprensión del trato irrespetuoso y ofensivo a las mujeres en el parto, y cómo
prevenirlo y erradicarlo.
Para alcanzar un nivel alto de
atención respetuosa en el parto, los sistemas de salud deben organizarse y
conducirse de tal manera que se garantice el respeto por la salud sexual y
reproductiva, y por los derechos humanos de las mujeres. Si bien muchos
gobiernos, sociedades de profesionales, investigadores, organizaciones
internacionales, grupos de la sociedad civil y comunidades en todo el mundo ya
han destacado la necesidad de tratar este problema, en muchos casos no se han
adoptado políticas para fomentar la atención materna respetuosa, o estas no son
específicas o aún no se tradujeron en acciones concretas de relevancia.
Prevenir y erradicar el
maltrato y la falta de respeto en el parto, en centros de salud a nivel
mundial, requiere de las siguientes acciones:
1.
Mayor respaldo de los gobiernos y socios en el desarrollo, en relación con las
investigaciones y acciones sobre el maltrato y la falta de respeto
Se requiere mayor respaldo de
los gobiernos y socios en el desarrollo para realizar más investigaciones sobre
cómo definir y medir el maltrato, y la falta de respeto, en los centros de
salud públicos y privados de todo el mundo, y para comprender mejor su impacto
en las experiencias y las elecciones de salud de las mujeres. Se necesita
evidencia sobre la eficacia y ejecución de las intervenciones, en distintos
contextos, para suministrar la orientación técnica necesaria a los gobiernos y
a los profesionales de la salud.
2.
Iniciar, respaldar y mantener programas diseñados para mejorar la calidad de la
atención de la salud materna, centrándose en la atención respetuosa como
componente esencial de la atención de calidad
Se requieren más iniciativas
para respaldar los cambios en el comportamiento de los profesionales de la
salud, los entornos clínicos y los sistemas de salud a fin de garantizar que
todas las mujeres tengan acceso a servicios de atención materna respetuosos,
competentes y comprensivos. Entre otras iniciativas, pueden mencionarse el
apoyo social a través de un acompañante elegido por la paciente, la movilidad,
el acceso a alimentos y líquidos, la confidencialidad, la privacidad, la
decisión informada, la información impartida a las mujeres sobre sus derechos,
mecanismos de resarcimiento en caso de violación de derechos y garantía de un
alto nivel de provisión de asistencia clínica profesional. Priorizar la
atención segura, de alta calidad y centrada en las personas como parte de la
cobertura de salud universal también podría ayudar a formular acciones.
3.
Realzar el derecho de la mujer a recibir una atención de la salud digna y
respetuosa en el embarazo y el parto
Los marcos internacionales de
derechos humanos resaltan el maltrato y la falta de respeto en el parto como un
problema importante en lo que refiere a este campo, y pueden servir de
referencia a los defensores de la salud de las mujeres para concientizar y
elaborar iniciativas políticas sobre la importancia de la atención materna
respetuosa. Estrategias basadas en los derechos para organizar y administrar
los sistemas de salud pueden facilitar la prestación de una atención
respetuosa, y de calidad en el parto.
4.
Es necesario generar datos relacionados con las prácticas de atención
respetuosa e irrespetuosa, los sistemas de responsabilidad y el respaldo
profesional valioso
Los sistemas de salud deben
responsabilizarse del trato brindado a las mujeres en el parto y de garantizar
que se elaboren y se ejecuten políticas claras sobre derechos y normas éticas.
Los profesionales de la salud en todos los niveles necesitan respaldo y
capacitación para asegurar que las mujeres embarazadas sean tratadas con comprensivos
y dignidad. Es necesario identificar, estudiar y documentar los servicios de
salud que actualmente brindan atención materna respetuosa, fomentan la
participación de las mujeres y de las comunidades, y que han puesto en práctica
procesos para la supervisión y mejora continua de la atención.
5.
Involucrar a las partes interesadas, incluidas las mujeres, en los esfuerzos
para mejorar la calidad de la atención y eliminar las prácticas ofensivas e
irrespetuosas
La erradicación del maltrato y
la falta de respeto en el parto podrá lograrse solamente mediante un proceso
inclusivo en el que participen las mujeres, las comunidades, los profesionales
de la salud, los administradores, los organismos de capacitación, educación y
certificación de profesionales de la salud, las asociaciones profesionales, los
gobiernos, las partes interesadas de los sistemas de salud, los investigadores,
las sociedades civiles y los organismos internacionales. Apelamos a que estas
entidades aúnen esfuerzos para garantizar la identificación y la notificación
sistemáticas del maltrato y la falta de respeto, y para que se ejecuten las
medidas preventivas y terapéuticas pertinentes a nivel local.