Sídney (Australia), 5 ene (EFE).- Australia dio luz verde al uso de las prótesis mamarias Poly Implant Prothèse (PIP) al determinar que no hay evidencias sobre un mayor índice de ruptura o vínculos con una mayor incidencia de cáncer de mama, informaron hoy medios locales.
La Administración de Bienes Terapéuticos (TGA), organismo vinculado al Ministerio de Salud, dio anoche la valoración de un panel de expertos que consideró que “no existe evidencia de una mayor tasa de ruptura de los implantes PIP en este país”.
La Administración de Bienes Terapéuticos (TGA), organismo vinculado al Ministerio de Salud, dio anoche la valoración de un panel de expertos que consideró que “no existe evidencia de una mayor tasa de ruptura de los implantes PIP en este país”.
Indicó que los análisis de los expertos señalan que el gel utilizado no es tóxico a los tejidos que rodean el implante, incluso si éste se rompe.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Australiana de Cirujanos Plásticos y miembro del panel de expertos, Rodney Cooter, dijo que “no existen razones para crear mayor alarma a las mujeres australianas con los implantes PIP”, informó hoy la emisora local ABC.
El escándalo sobre los implantes PIP estalló en 2010 cuando las autoridades francesas detectaron que estaban fabricadas con un gel de silicona diferente del declarado y evaluado para la obtención del certificado necesario para comercializar las prótesis en la Unión Europea.
Se calcula que entre 400.000 y 500.000 mujeres en todo el mundo llevan esos implantes de fabricación francesa, entre ellas unas 9000 australianas, y varios países han prohibido su uso o han recomendado que sean retirados por considerar que se rompen con mayor frecuencia.
Estos implantes también han sido vinculados con el desarrollo de cáncer por el uso de un gel diferente, aunque hasta el momento no se ha demostrado en esta relación. EFE
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