Con este artículo, tomado de las páginas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), iniciamos una serie de publicaciones destinadas a concienciar a nuestra población, y especialmente a los estudiantes de Farmacia en las disciplinas de Fìsica Aplicada (I y II), y Legislación Farmacéutica (I y II), sobre los peligros de las radiaciones ionizantes sobre la salud.
Datos y cifras
· La radiación ionizante es un tipo de energía liberada por los átomos en
forma de ondas electromagnéticas o partículas.
· Las personas están expuestas a fuentes naturales de radiación ionizante,
como el suelo, el agua o la vegetación, así como a fuentes artificiales, tales
como los rayos X y algunos dispositivos médicos.
· Las radiaciones ionizantes tienen muchas aplicaciones beneficiosas en la
medicina, la industria, la agricultura y la investigación.
· A medida que aumenta el uso de las radiaciones ionizantes también lo
hacen los posibles peligros para la salud si no se utilizan o contienen
adecuadamente.
· Cuando las dosis de radiación superan determinados niveles pueden tener
efectos agudos en la salud, tales como quemaduras cutáneas o síndrome de
irradiación aguda.
· Las dosis bajas de radiación ionizante pueden aumentar el riesgo de
efectos a largo plazo, tales como el cáncer.
¿Qué es la radiación
ionizante?
La radiación
ionizante es un tipo de energía liberada por los átomos en forma de ondas
electromagnéticas (rayos gamma o rayos X) o partículas (partículas alfa y beta
o neutrones). La desintegración espontánea de los átomos se denomina radiactividad,
y la energía excedente emitida es una forma de radiación ionizante. Los
elementos inestables que se desintegran y emiten radiación ionizante se
denominan radionúclidos.
Cada radionúclido
se caracteriza por el tipo de radiación que emite, la energía de la radiación y
su semivida.
La actividad,
utilizada como medida de la cantidad de un radionúclido, se expresa en una
unidad llamada becquerel (Bq): un becquerel corresponde a una desintegración
por segundo. La semivida es el tiempo necesario para que la actividad de un
radionúclido disminuya por la desintegración a la mitad de su valor inicial. La
semivida de un elemento radiactivo es el tiempo que tarda la mitad de sus
átomos en desintegrarse, y puede variar desde una fracción de segundo a millones
de años (por ejemplo, el yodo 131 tiene una semivida de 8 días mientras que el
carbono 14 tiene una semivida de 5730 años).
Fuentes de
radiación
Las personas están
expuestas a diario tanto a la radiación de origen natural o humano. La
radiación natural proviene de muchas fuentes, como los más de 60 materiales
radiactivos naturales presentes en el suelo, el agua y el aire. El radón es un
gas natural que emana de las rocas y la tierra y es la principal fuente de
radiación natural. Diariamente inhalamos e ingerimos radionúclidos presentes en
el aire, los alimentos y el agua.
Asimismo, estamos
expuestos a la radiación natural de los rayos cósmicos, especialmente a gran
altura. Por término medio, el 80% de la dosis anual de radiación de fondo que
recibe una persona procede de fuentes de radiación naturales, terrestres y
cósmicas. Los niveles de la radiación de fondo varían geográficamente debido a
diferencias geológicas. En determinadas zonas la exposición puede ser más de
200 veces mayor que la media mundial.
La exposición
humana a la radiación proviene también de fuentes artificiales que van desde la
generación de energía nuclear hasta el uso médico de la radiación para fines
diagnósticos o terapéuticos. Hoy día, las fuentes artificiales más comunes de
radiación ionizante son los dispositivos médicos, como los aparatos de rayos X.
Exposición a la
radiación ionizante
La exposición a la
radiación puede ser interna o externa y puede tener lugar por diferentes vías.
La exposición
interna a la radiación ionizante se produce cuando un radionúclido es
inhalado, ingerido o entra de algún otro modo en el torrente sanguíneo (por
ejemplo, inyecciones o heridas). La exposición interna cesa cuando el
radionúclido se elimina del cuerpo, ya sea espontáneamente (por ejemplo, en los
excrementos) o gracias a un tratamiento.
La exposición
externa se puede producir cuando el material radiactivo presente en el
aire (polvo, líquidos o aerosoles) se deposita sobre la piel o la ropa.
Generalmente, este tipo de material radiactivo puede eliminarse del organismo
por simple lavado.
La exposición a la
radiación ionizante también puede resultar de la irradiación de origen externo
(por ejemplo, la exposición médica a los rayos X). La irradiación externa se
detiene cuando la fuente de radiación está blindada o la persona sale del campo
de irradiación.
Las personas pueden
estar expuestas a la radiación ionizante en circunstancias diferentes, en casa
o en lugares públicos (exposiciones públicas), en el trabajo (exposiciones
profesionales) o en un entorno médico (como los pacientes, cuidadores y
voluntarios).
Las situaciones de
exposición a la radiación ionizante pueden clasificarse en tres categorías. La
primera, la exposición planificada, es el resultado de la introducción y funcionamiento
deliberados de fuentes de radiación con fines concretos, como en el caso de la
utilización médica de la radiación con fines diagnósticos o terapéuticos, o de
su uso en la industria o la investigación. La segunda, la exposición existente,
se produce cuando ya hay una exposición a la radiación y hay que tomar una
decisión sobre su control, como en el caso de la exposición al radón en el
hogar o en el lugar de trabajo, o de la exposición a la radiación natural de
fondo existente en el medio ambiente. La tercera categoría, la exposición en
situaciones de emergencia, tiene lugar cuando un acontecimiento inesperado
requiere una respuesta rápida, como en el caso de los accidentes nucleares o
los actos criminales.
El uso médico de la
radiación representa el 98% de la dosis poblacional con origen en fuentes
artificiales y el 20% de la exposición total de la población. Cada año se
realizan en el mundo más de 3600 millones de pruebas diagnósticas radiológicas,
37 millones de pruebas de medicina nuclear y 7,5 millones de tratamientos con
radioterapia.
Efectos de las
radiaciones ionizantes en la salud
El daño que causa
la radiación en los órganos y tejidos depende de la dosis recibida, o dosis
absorbida, que se expresa en una unidad llamada gray (Gy). El daño que puede
producir una dosis absorbida depende del tipo de radiación y de la sensibilidad
de los diferentes órganos y tejidos.
Para medir la
radiación ionizante en términos de su potencial para causar daños se utiliza la
dosis efectiva. La unidad para medirla es el sievert (Sv), que toma en
consideración el tipo de radiación y la sensibilidad de los órganos y tejidos.
Es una manera de
medir la radiación ionizante en términos de su potencial para causar daño. El
sievert tiene en cuenta el tipo de radiación y la sensibilidad de los tejidos y
órganos. El sievert es una unidad muy grande, por lo que resulta más práctico utilizar
unidades menores, como el milisievert (mSv) o el microsievert (μSv). 1 mSv
equivale a 1000 μSv, y 1 Sv es igual a 1000 mSv.
Además de
utilizarse para medir la cantidad de radiación (dosis), también expresa la
velocidad a la que se entrega esta dosis (tasa de dosis), por ejemplo, en
microsievert por hora (μSv/hora) o milisievert al año (mSv/año).
Más allá de ciertos
umbrales, la radiación puede afectar el funcionamiento de órganos y tejidos, y
producir efectos agudos tales como enrojecimiento de la piel, caída del
cabello, quemaduras por radiación o síndrome de irradiación aguda. Estos
efectos son más intensos con dosis más altas y mayores tasas de dosis. Por
ejemplo, la dosis liminar para el síndrome de irradiación aguda es de
aproximadamente 1 Sv (1000 mSv).
Si la dosis de
radiación es baja o la exposición a ella tiene lugar durante un periodo
prolongado (baja tasa de dosis), el riesgo es considerablemente menor porque
hay más probabilidades de que se reparen los daños. No obstante, sigue
existiendo un riesgo de efectos a largo plazo, como el cáncer, que pueden
tardar años, o incluso decenios, en aparecer. No siempre aparecen efectos de
este tipo, pero la probabilidad de que se produzcan es proporcional a la dosis
de radiación. El riesgo es mayor para los niños y adolescentes, pues son mucho
más sensibles a la radiación que los adultos.
Los estudios
epidemiológicos realizados en poblaciones expuestas a la radiación, como los
supervivientes de la bomba atómica o los pacientes sometidos a radioterapia,
han mostrado un aumento significativo del riesgo de cáncer con dosis superiores
a 100 mSv. Estudios epidemiológicos más recientes efectuados en pacientes
expuestos por motivos médicos durante la infancia (TC pediátrica) indican que
el riesgo de cáncer puede aumentar incluso con dosis más bajas (entre 50 y 100
mSv).
La radiación
ionizante puede producir daños cerebrales en el feto tras la exposición
prenatal aguda a dosis superiores a 100 mSv entre las 8 y las
15 semanas de gestación y a 200 mSv entre las semanas 16 y 25.
Los estudios en humanos no han demostrado riesgo para el desarrollo del cerebro
fetal con la exposición a la radiación antes de la semana 8 o después de
la semana 25. Los estudios epidemiológicos indican que el riesgo de cáncer
tras la exposición fetal a la radiación es similar al riesgo tras la exposición
en la primera infancia.
Repuesta de la OMS
La OMS ha
establecido un programa sobre las radiaciones para proteger a los pacientes,
los trabajadores y la población contra los riesgos para la salud de la
exposición planificada, existente o de emergencia a la radiación. El programa
se centra en los aspectos de salud pública de la protección contra la radiación
y abarca actividades relacionadas con la evaluación, la gestión y la
comunicación de los riesgos.
De conformidad con
su función básica de “establecer normas y promover y seguir de cerca su
aplicación en la práctica”, la OMS ha cooperado con otras siete organizaciones
internacionales en la revisión y actualización de las normas internacionales básicas
de seguridad de la radiación.
La OMS adoptó las
nuevas normas en 2012 y en la actualidad está prestando apoyo a su aplicación
en los Estados Miembros de la Organización.
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