martes, 2 de diciembre de 2014

Menos es más: medicamentos de cuestionable beneficio en demencia avanzada

La demencia en estado avanzado, se caracteriza por un deterioro cognitivo severo y una dependencia funcional total. Los pacientes son incapaces de deambular solos, su capacidad verbal es mínima (<5 palabras seguidas), y es frecuente que aparezcan problemas de disfagia y aspiración. Se sabe que pese a ello, muchos pacientes reciben un promedio de entre 5 y 15 medicamentos al día.

En esta etapa terminal, el Instituto Médico de EEUU recomienda desde hace años que la prescripción de medicamentos se rija únicamente por los objetivos terapéuticos primarios del cuidado de estos pacientes, debiendo minimizarse el resto. El término minimizarse, entraría dentro de lo que conocemos como de prescripción, que según Gavilán y cols confronta dos interesantes preguntas: Primera: ¿es la expectativa de vida menor que el tiempo que tarda el medicamento en obtener beneficios? Y segunda: ¿son congruentes las metas de la atención sanitaria con los objetivos de la prescripción-de prescripción?

Y sobre este tema versa el artículo recientemente publicado en la revista JAMA. Presentan los resultados de un estudio transversal, sobre la prevalencia de utilización de fármacos de cuestionable beneficio, en pacientes residentes de hogares de ancianos con demencia avanzada. El trabajo cruza una base de datos de dispensación farmacéutica nacional estadounidense con cobertura de 1,3 millones de residentes, con un conjunto mínimo de datos que incluye información demográfica, funcional, médica, psicológica y del estado cognitivo de los pacientes.

Se incluyeron 5.406 pacientes ≥ 65 años y diagnóstico de demencia avanzada, definida como paciente con diagnóstico de enfermedad del Alzheimer u otra demencia, más una valoración con el test de Mini-Mental State Examination (MMSE) con valores por debajo de 6 (<6 = demencia severa).  El periodo de estudio fue de Octubre 2009 a septiembre 2010. Analizaron las características de cada paciente, los centros residenciales,  y los factores que influyen en llevar pautada o no la medicación, estimando costes asociados.

El listado de fármacos considerados de “beneficio cuestionable” en demencia avanzada se basó en criterios publicados previamente, y los costes los calcularon como promedio a 90 días del gasto farmacéutico por paciente, atribuido a esos medicamentos.

Resultados: el 53,9% de los pacientes (2.911) recibían al menos un medicamento con beneficio cuestionable. De entre estos, los prescritos con más frecuencia fueron los anticolinesterásicos (36,4%), la memantina (25,2%) y los hipolipemiantes (22,4%).

En los análisis ajustados, tener problemas de alimentación (odds ratio ajustado [ORa]=0,68; IC95% 0,59-0,78), sonda de alimentación (Ora= 0,58; IC95% 0,48-0,70), orden de no resucitar (Ora=0,65; IC95% 0,57-0,75), e inscripción en cuidados paliativos (Ora=0,69; IC95% 0,58-0,82) ofrece una  menor probabilidad de recibir estos medicamentos.

El gasto promedio de estos fármacos a 90 días fue de 816 dólares, lo que representa el 35,2% del total del gasto farmacéutico de estos pacientes.

Los autores concluyen que muchos de los pacientes institucionalizados en residencias de ancianos con demencia avanzada reciben medicamentos de dudoso beneficio, que implican considerables costes asociados.

Fuente: Hemosleido

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