EL VIRUS
Esta enfermedad es producida por los virus A, B y C de la influenza. El virus C ocasiona una enfermedad muy ligera y no ocasiona brotes o epidemias. En cambio los virus A y B si pueden causar dichos eventos. El virus A puede infectar a humanos y animales y es el responsable de los grandes brotes que se presentan anualmente en todo el mundo mientras que el virus B causa brotes reducidos.
CARACTERÍSTICAS DEL VIRUS DE LA INFLUENZA.
Todos los virus de la influenza del tipo A, incluidos los que regularmente causan epidemias estacionales en el hombre, son genéticamente lábiles y están bien adaptados para eludir las defensas del huésped. Los virus de la influenza carecen de los mecanismos de corrección de pruebas y reparación de errores que operan durante la replicación genética. Como resultado de esos errores no corregidos, la composición genética de los virus cambia conforme se van replicando en el hombre y en los animales, y la cepa original se reemplaza por una nueva variante antigénica. Estos cambios constantes y por lo general pequeños de la composición antigénica de los virus A de la influenza es lo que se denomina «deriva» antigénica. La tendencia de los virus de la influenza a experimentar cambios antigénicos frecuentes y permanentes obliga a vigilar constantemente la situación mundial de la enfermedad y a introducir cada año ajustes en la composición de las vacunas. Ambas actividades son una piedra angular del Programa Mundial de la OMS contra la Influenza desde sus inicios en 1947. Los virus de la influenza presentan una segunda característica de interés en salud pública: la cepa A de influenza, incluidos los subtipos de diferentes especies, pueden intercambiar o «recombinar» su material genético y fusionarse. Ese proceso de recombinación, conocido como «shift» (cambio) antigénico, desemboca en un nuevo subtipo distinto de los dos virus originales. Como las poblaciones carecen de inmunidad frente al nuevo subtipo, y sin vacuna alguna que confiera protección contra él, el cambio antigénico ha dado lugar a lo largo de la historia a pandemias altamente letales. Para que ello ocurra, el nuevo subtipo ha de poseer genes de los virus de la influenza humana que le permitan transmitirse fácilmente de una persona a otra durante periodos sostenibles.
LA ENFERMEDAD
Los virus se diseminan al aire cuando un enfermo habla, tose o estornuda; otras personas se pueden infectar al respirar el aire contaminado con los virus o cuando la persona toca algún objeto contaminado con los virus y posteriormente se toca la boca o nariz. Las personas contagiadas pueden diseminar virus desde uno o días antes de sentirse enfermos y siguen excretando virus hasta por 7 días después. En el caso de los niños pueden transmitir los virus incluso por varios días más.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
La enfermedad se caracteriza por presentar un inicio súbito, fiebre alta (mayor a 39º C), dolor de cabeza, fatiga, tos, dolor de garganta, rinorrea, congestión nasal, dolor muscular intenso y ataque al estado general. En los niños se puede presentar nauseas, vomito y diarrea.
DIAGNÓSTICO
La enfermedad respiratoria causada por la influenza es difícil distinguirla de otras enfermedades causadas por otros patógenos basándonos únicamente en la sintomatología, por lo cual es necesario apoyarse en estudio de laboratorio el cual consiste en tomar una muestra de exudado faríngeo para realizar el cultivo y demostrar la existencia del virus.
TRATAMIENTO
El tratamiento es solamente sintomático, no se deben utilizar antibióticos ya que estos sirven para matar a las bacterias, no a los virus. Existen algunos medicamentos que pueden ser empleados en los pacientes con influenza. Estos son la amantadina, rimantadina, oseltamivir y zanamivir. Los dos primeros solo son efectivos contra los virus tipo A. La acción de estos medicamentos permite la recuperación del paciente, recortando su convalescencia en aproximadamente uno o dos días siempre y cuando sean administrados en las primeras 48 horas de inicio del padecimiento. Estos medicamentos son de uso delicado y solo deben ser prescritos por personal médico.
VACUNACIÓN
La medida más eficaz para prevenir la influenza y reducir las complicaciones de la enfermedad, es la vacunación. Esta vacuna no debe aplicarse a personas alérgicas a las proteínas del huevo, o con antecedentes de reacción grave a la vacunación o que hayan padecido Síndrome de Guillain-Barré en los seis meses anteriores a la vacunación.
Preferentemente deben vacunarse:
- Los niños y niñas entre 6 a 23 meses de edad.
- Niños mayores de 2 años, adolescentes y adultos con inmunocompromiso, problemas respiratorios, problemas cardíacos, enfermedades metabólicas o con problemas renales.
- Embarazadas de alto riesgo (adolescentes, diabetes gestacional, preeclampsia, eclampsia, multíparas) que se encuentren en el tercer trimestre del embarazo.
- Adultos mayores de 65 años.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
- Abrigarse y evitar cambios bruscos de temperatura.
- Alimentarse adecuadamente y consumir abundantes frutas y verduras ricas en vitaminas A y C (zanahoria, lechoza o papaya, guayaba, naranja, lima, limón, mandarina, piña, etc.)
- Tras tener contacto con secreciones nasales propias o de otra persona, lavarse las manos con agua y jabón o con gel desinfectante con alcohol.
- Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca tanto como sea posible.
- Manténgase alejado de personas enfermas.
- Dormir suficiente, hacer ejercicio, controlar el estrés, tomar muchos líquidos.
- Evitar exposición a contaminantes ambientales.
- No fumar en lugares cerrados o cerca de niños, ancianos y personas enfermas.
- Al toser o estornudar hay que taparse la boca con pañuelos desechables, y luego colocarlos en lugares seguros.
- No compartir alimentos, vasos o cubiertos.
- Ventilar y permitir la entrada del sol en la casa, las oficinas y en todos los lugares cerrados.
- Si las secreciones respiratorias caen sobre alguna superficie, debe ser limpiada con agua y cloro o jabón.
- No llevar a los niños a lugares con mucho público y no permitir que adultos enfermos besen o abracen a los menores.
- Vacunarse contra la influenza estacional, para evitar infectarse con uno de los tipos que circulan y facilitar el diagnóstico del médico.
LA VACUNA
Cada año la Organización Mundial de la Salud a través de la red mundial de influenza (FLUNET) constituida por los laboratorios de referencia en todo el mundo monitorea la presencia de los virus que circulan y realiza la formulación de las vacunas que tendrán que utilizarse cada año debido a los cambios de los virus para cada uno de los hemisferios. La vacuna de la influenza es cultivada en huevos de gallina embrionados y generalmente está constituida por tres virus que son los que anualmente causan el mayor número de casos en el mundo dos son del tipo A y uno del tipo B.
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