Investigadores de la
Universidad de Harvard han llevado a cabo una macabra, aunque a su juicio
necesaria, encuesta. Por primera vez, se ha preguntado a la población general
(en este caso, de EEUU) sobre la conveniencia de una práctica posible pero con
un fuerte componente ético: la reproducción póstuma, es decir, la concepción de un hijo uno de cuyos padres
ha fallecido. Las preguntas, realizadas a más de 1.000 individuos,
desvelan que casi el 50% de la gente
apoyaría este tipo de prácticas, aunque la mayoría preferirían que
hubiera un consentimiento previo por parte del progenitor fallecido.
Como explican los autores
del estudio, publicado en la revista 'Fertility and Sterility', el concepto de reproducción póstuma
ha cambiado mucho en los últimos años. Un hijo póstumo siempre se ha
considerado aquel cuyo padre había fallecido durante el embarazo. En casos muy
especiales, podría suceder que fuera la madre la fallecida, pero prácticamente
a punto de dar a luz.
Sin embargo, las técnicas
de reproducción asistida han multiplicado las posibilidades y existen varios
escenarios inimaginables hace unos años. El primero es el de aquellas parejas
que han almacenado embriones tras un
tratamiento para la infertilidad o por padecer una enfermedad. Tras
fallecer uno de los dos miembros, el otro solicitaría el uso de esos embriones.
En el caso de ser la mujer la fallecida, el hombre habría de recurrir a una
madre de alquiler, una práctica legal en EEUU.
Otra posibilidad es que lo
que se haya almacenado no sean los embriones, sino los gametos (esperma u ovocitos). Esta posibilidad es la más común
si uno de los miembros de la pareja se somete a tratamiento de quimio o
radioterapia por padecer un cáncer.
Pero también puede suceder
que se extraigan dichos gametos en el contexto de una enfermedad terminal e inesperada e incluso tras la muerte de
una persona. Ya se han descrito casos de nacimientos con éxito fruto de una
extracción espermática post-morten e incluso se estableció, en un estudio
publicado en 'Human Reproduction' que se podía esperar hasta 36 horas para
efectuar dicha extracción. Leer más
Fuente: ElMundo.es
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