Según un estudio, el
riesgo de equivocarse con la dosis del medicamento se reduce en un 50% al usar
medidas más precisas como los mililitros.
La Universidad de
Cornell (Nueva York) ha publicado un estudio en el que recomienda
encarecidamente dejar de dar el jarabe a cucharadas por la imprecisión de las
dosis. La investigación Stop spoon dosing (Parar
la dosis en cucharas, en su traducción al español) demuestra que el riesgo de
equivocarse en las cantidades se reduce un 50% con solo cambiar las
"cucharitas" por unidades más precisas como los tapones dosificadores
que acompañan a los medicamentos y donde se especifican los mililitros.
Imagen tomada de Internet |
"En principio, tendemos a poner
las dosis en cucharas pequeñas porque creemos que visualmente vamos a saber
cuál es la dosis adecuada. En cambio, con los mililitros es más difícil estimar
cual es la cantidad", razona el investigador. Van Ittersum añade que, sin
embargo, cuando la información sobre la dosis a tomar viene dada en mililitros
estamos más dispuestos a utilizar el dosificador que viene con el medicamento.
Este simple gesto reduce en un 50% el riesgo de equivocarse con la dosis.
Consecuencias de una dosis errónea
Consecuencias de una dosis errónea
Las consecuencias de estos errores en
las mediciones no son las mismas para todos los medicamentos, explica Joan
Ramón Laporte, catedrático de Farmacología de Universidad Autónoma de
Barcelona. Así, mientras hay algunos medicamentos que tiene un margen
terapéutico muy estrecho, como la medicación contra el cáncer o los
anticoagulantes, los hay con un margen más amplio, como sería la penicilina.
Este margen terapéutico es la distancia entre la dosis que produce los efectos
buscados por el medicamento y la dosis que provoca toxicidad. "Normalmente,
equivocarse un 10% o un 20% en la dosis pasa desapercibido para el organismo,
pero no siempre es así", advierte Laporte.
El Primperan, marca de la
metoclopramida, es uno de los medicamentos de uso común con un margen
terapéutico estrecho, lo que provoca que pequeños errores en la dosis den paso
a efectos indeseados por toxicidad. Así, una dosis excesiva de Primperan puede provocar
una distonía aguda, caracterizada por la rigidez de las articulaciones, la
contracción de regiones musculares, la torticolis y la mirada perdida, explica
Laporte. Este compuesto, al igual que el cleboril (cleboprida), se utiliza para
tratar las náuseas y los vómitos.
El jarabe para la tos es otro de los medicamentos que comporta más
riesgos si uno se equivoca en la dosis, porque contiene
codeína, según advierte Laporte. "Tiene un margen terapéutico estrecho y
un uso superior al recetado puede causar efectos graves como opresión
respiratoria", señala el catedrático.
La Agencia Española
del Medicamento ha elaborado una guía en la que recomienda no tirar la cuchara
o el dosificador que viene con los jarabes, porque es el instrumento de medida
adecuado para ese medicamento. "En el prospecto puede poner dos cucharas
pero no es lo mismo tomarla con una cucharita de café que con una sopera que
puede ser cinco veces mayor", argumenta Laporte, que advierte que ya han
conocido casos de niños intoxicados por una mala medición en las dosis.
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