Los embajadores de los
países de la Unión Europea en Caracas, entre ellos el español, han suscrito un informe en
el que afirman que Venezuela vive una situación «crítica» en su sector
sanitario y no se encuentra preparada para hacer frente a una epidemia del virus Zika a gran escala.
El informe, que comienza señalando que Venezuela
camina hacia la crisis más profunda
política, económica, social y de seguridad de su reciente historia, se
detiene en analizar la situación sanitaria y pone de relieve la «seria escasez
de medicinas y de suministros médicos», así como el deterioro de la
infraestructura.
Imagen tomada de Internet |
Algunos
países vecinos, como Colombia o Brasil, temen que, si Venezuela no es capaz de
combatir el virus, se extienda a sus territorios.
En concreto, el informe alude a la falta de medicinas básicas en numerosas farmacias y señala
que ello está favoreciendo la importación de medicinas falsificadas o
caducadas, lo que representa un peligro añadido para la salud.
En ese contexto, el informe, elaborado tras
reuniones con expertos de la organizaciones no gubernamentales Codevida, Acción Solidaria y Provea,
se detiene en el peligro de extensión del virus Zika en Venezuela, que preocupa
de manera especial –dice– a países vecinos, como Brasil o Colombia.
Los embajadores aseguran que Venezuela no está
preparada en absoluto para combatir una epidemia del Zika a gran escala.
Dificultades de detección
Añaden los diplomáticos que, en el contexto actual,
es difícil hacer estimaciones claras sobre el número de afectado por el virus
que hay en el país y dicen que, aunque las autoridades sanitarias admiten 4.000 casos reconocidos por el laboratorio nacional
responsable de la detección, hay que tener en cuenta que debido a la
escasez de reactivos, la capacidad de trabajo del centro es muy limitada. Los
epidemiólogos y las ONG calculan que podría haber unos 400.000 casos de Zika en
Venezuela.
Indica el documento más adelante que, si bien la
Asamblea Nacional venezolana, controlada por los partidos de la oposición ha
declarado la situación de «crisis de
salud humanitaria», el Gobierno de Nicolás Maduro, permanece en un
«estado de no reconocimiento» de esa crisis y asegura que todo va bien el
sector de la salud. Los embajadores creen que admitir lo contrario, sería
aceptar que la revolución bolivariana está fallando.
El
Gobierno de Maduro no admite la presencia de una epidemia y habla de entre
4.000 y 5.000 casos, frente a los 400.000 que afirman las ONG, existen.
El pasado día 18 de febrero, en uno de sus discurso, Maduro se
refirió al Zika y dijo que, en 72 horas, se habían importado medicinas contra
el virus «para todos», algo que ha sido cuestionado por los opositores,
que consideran que eso no es cierto para los 400.000 casos que se estima
existen, sino, a lo sumo, para los reconocidos oficialmente por el Gobierno.
Recientemente, la ministro de Salud admitió solo 4.700 casos y el propio Maduro dijo que había «5.221 casos sospechosos,
de los cuales 68 personas han tenido complicaciones y están en cuidados
intensivos». Al no admitir la existencia de una epidemia, las
autoridades bolivarianas no han desplegado campañas de prevención o información
sobre la enfermedad y, aunque llevan a cabo algunas fumigaciones para eliminar
al mosquito vector del Zika y otras enfermedades, son pocas y erráticas.
Acusaciones de propaganda
Por el contrario, como hace con frecuencia, el
Gobierno de Maduro insiste en que las denuncias sobre la existencia de
epidemias y crisis sanitaria son parte
de la guerra no convencional de la propaganda contrarrevolucionaria
interna e internacional.
El informe de los embajadores europeos pone de
relieve que algunos elementos hacen más difícil combatir la crítica situación
de la sanidad en Venezuela. Entre ellos, cita la fragmentación del sistema público de salud, sin una autoridad
central a nivel nacional, lo que dificulta también la distribución de
medicinas.
Destaca además el hecho de que al menos 6.700 médicos de diferentes especialidades
(el 20 por ciento de los del sistema público de salud), hayan abandonado el
país, al tiempo que hay un déficit de enfermeros del 60 por ciento.
A la vista de estas carencias, el informe propone
que se considere la posibilidad de
facilitar ayuda a Venezuela, entre otras cosas, con el envío y
distribución dentro del país de material sanitario y de medicamentos.
Fuente: abc.es
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