La Agencia Española de Medicamentos y
Productos Sanitarios alerta en este estupendo video que
para el 2050 se preveen 40.000 muertes anuales en España debidas a infecciones
bacterianas que antes eran fácilmente curables. Las bacterias nos están ganando
la batalla, pero tú, yo, y todos tenemos algo que aportar.
Y aquí va nuestro
granito de arena al Plan Nacional frente a la
Resistencia a Antibióticos. Desgranamos la revisión de efectividad
comparada que la Agency Healthcare Research and Quality (AHRQ) publica en enero
de 2016, sobre “cómo mejorar la prescripción
antibiótica en infecciones agudas no complicadas del tracto respiratorio”,
para las cuales los antibióticos no estarían indicados.
Se trata de una extensa revisión que selecciona y analiza 133 estudios
(88 ensayos clínicos, 40 estudios observacionales y 5 revisiones sistemáticas)
publicados hasta principios de 2015, en las que se abordan intervenciones
educativas, campañas en los medios de comunicación, intervenciones clínicas,
estrategias enfocadas a un determinado nivel asistencial (como recordatorios,
auditorias clínicas y feedback, incentivos o revisiones por farmacéuticos) o
intervenciones multifactoriales. Clasifican la mayoría de los estudios de una
calidad modesta, y sólo incluyen trabajos publicados en ingles.
Se identifican las intervenciones con evidencia sobre
la reducción de resistencias a antibióticos para mejorar la
prescripción de los mismos de acuerdo a las guías, y las
intervenciones que disminuyen la prescripción de antibióticos sin causar
complicaciones médicas o insatisfacción en los pacientes. Miden
también la calidad de los estudios y la fuerza de la evidencia, y los
resultados son:
1.- Intervenciones con evidencia de mejorar o reducir la prescripción de
antibióticos y con evidencia de no incrementar las consecuencias adversas
(estas son las intervenciones que resaltan deberían aplicarse)
2.- Intervenciones con evidencia de mejorar o reducir la prescripción de
antibióticos pero con evidencia nula, insuficiente o variable respecto a las
consecuencias adversas (estas intervenciones los autores consideran que
requieren más investigación para aclarar el efecto de las mismas)
Otras intervenciones que mejoran la prescripción antibiótica pero tienen
efectos variables respecto a las consecuencias asociadas a su uso, son la
prescripción diferida de antibióticos, el uso de proteína C reactiva, el
entrenamiento en entrevista clínica y la combinación del entrenamiento en
entrevista clínica más uso de proteína C reactiva. Los autores consideran
sopesar el uso de estas intervenciones según la situación clínica, económica y
preferencias del paciente a la hora de aplicarlas.
3.- Intervenciones con evidencia de que no producen ningún efecto de
mejora en la prescripción de antibióticos. Estas son:
o
Educación sanitaria enfocada a los padres de niños menores de 2 años con
otitis media aguda.
o
Uso de tests de influenza en los puntos de atención en niños.
o
Uso de timpanometría en los puntos de atención en niños.
o
Formación a médicos combinada con auditoría y feedback.
4.- Intervenciones con evidencia de que producen un efecto negativo en
la prescripción de antibióticos.
El uso en niños del algoritmo de procalcitonina para adultos se ha visto
que incrementa la prescripción de antibióticos y los efectos adversos.
Conclusiones
Las intervenciones con mejores evidencias dirigen hacia promover intervenciones
educativas especificas dirigidas a padres/pacientes y clínicos, el uso de
procalcitonina en adultos y los sistemas electrónicos de soporte en
la toma de decisiones, para así reducir la prescripción
antibiótica en infecciones agudas del tracto respiratorio sin causar
consecuencias adversas.
Otras intervenciones también reducen la prescripción, pero la evidencia
respecto a las consecuencias adversas asociadas es inexistente, insuficiente, o
muy variable entre los trabajos publicados.
Los futuros estudios deberían considerar el uso de intervenciones
complejas, con mejores medidas de evaluación en cuanto a efecto sobre las
resistencias bacterianas, el concepto de “prescripción apropiada” y las
consecuencias adversas asociadas (como hospitalizaciones). También deberían
considerar la sostenibilidad, el uso de los recursos o el posible efecto
modificador de diferentes factores (influencia estacional, las diferentes infecciones
agudas del tracto respiratorio que se midan, la metodología empleada en
considerar “prescripción apropiada”, etc).
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Dado que esta revisión se quedó con lo publicado previo a principios de
2015, consideramos interesante citar el trabajo publicado este enero de 2016 en
la revista JAMA Internal Medicine por médicos de nuestra Atención
Primaria española, en relación a la prescripción diferida de
antibióticos para infecciones agudas del tracto respiratorio. Se
trata del primer ensayo clínico que
compara directamente la prescripción diferida con la prescripción inmediata
fuera del ámbito anglosajón, mediante 4 estrategias.
Se observó una
ligera mayor carga y duración de los síntomas en los grupos en los que se
aplicó la prescripción diferida, aunque las diferencias fueron clínicamente
poco relevantes. Como resultados secundarios se midió el uso de antibióticos
(disminuyó notablemente el consumo de los mismos en las ramas de prescripción
diferida o no prescripción), la satisfacción de los pacientes (similar en todos
los grupos) y la creencia sobre la efectividad de los antibióticos (menor en
los grupos de prescripción diferida o no prescripción de antibióticos). No
encontraron diferencias entre las distintas estrategias en cuanto a
complicaciones, efectos adversos ni necesidad de visitas adicionales no
programadas.
Los autores publican unas diapositivas (realizadas
por ellos) para que el estudio pueda difundirse en sesiones clínicas de los
diferentes centros de salud españoles con licencia Creative Commons.
Fuente del Texto: Hemosleido
Fuente de los gráficos: Hemosleido
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