A las compañías farmacéuticas
estadounidenses no les ha sentado nada bien las medidas de recorte del gasto en
medicamentos adoptadas por el Ministerio de Sanidad a lo largo de los últimos
cuatro años. Las empresas critican que debido a la sucesión de decretos el
marco normativo es “impredecible y falto de transparencia”, y hacen referencia
de forma
explícita al sistema de precios y rembolso. Los reproches de los
laboratorios se incluyen en el informe Barreras al comercio extranjero 2014
elaborado por la agencia gubernamental que coordina la política de comercio
exterior estadounidense (United States Trade
Representative). “Los laboratorios están preocupados”, detalla el informe
que avanzó en su edición de ayer el diario Expansión y que recoge las
preocupaciones de las farmacéuticas.
Imagen tomada de Internet |
Fuentes del sector recuerdan
que llevan tiempo esperando un real decreto sobre precios y financiación de
medicamentos por parte del Sistema Nacional de Salud que sustituya al actual,
de 1990, y que ponga orden no solo a la hora de fijar el precio del producto,
sino que sirva para agilizar la incorporación al sistema público de los nuevos
medicamentos, por ejemplo, antineoplásicos.
Este problema no solo lo han
denunciado reiteradamente los portavoces de la industria farmacéutica,
independientemente de la nacionalidad de la empresa. Los
oncólogos han destacado repetidamente que se han complicado las
negociaciones entre Administración y laboratorios para fijar precios e
indicaciones de los nuevos antitumorales, lo que posterga el acceso a estos
medicamentos.
Los laboratorios también
estiman que las reformas emprendidas para contener el gasto farmacéutico de la
Administración española han contribuido a “diluir el valor de sus patentes y
crear un desincentivo a la innovación o las nuevas inversiones”. En relación
con ello está el impulso que se ha dado a los medicamentos genéricos y las disposiciones dirigidas a que se opte por ellos frente al fármaco de marca, incluso cuando ambos tengan el mismo precio.
El resultado de las medidas
adoptadas en España, en especial con los genéricos, se ha traducido en una
“reducción de los ingresos de la industria”, según el documento. El año pasado,
la suma de medidas (copago, exclusión de fármacos subvencionados, precios de
referencia) supuso una reducción
del gasto de la Administración en 587 millones de euros respecto a 2012,
aunque es cierto que parte de este dinero lo asumió el bolsillo de los
usuarios.
El Ministerio de Sanidad español señala que trabaja
para establecer este marco “estable y previsible”, pero añade que ello debe ser
compatible con la sostenibilidad del sistema y el acceso de todos los pacientes
a los medicamentos. Una circunstancia cada vez más difícil no solo por el
aumento de la edad de la población (y el gasto en tratamientos crónicos), sino
por el elevado precio de medicamentos de última generación (hepatitis C,
cáncer) que añaden mayor tensión a las ajustadas cuentas públicas.
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