1. Mantén al día tus conocimientos sobre terapéutica, especialmente en lo que respecta a las patologías más frecuentes que presentan tus pacientes.
2. Antes de prescribir, asegúrate de tener toda la información necesaria sobre el paciente, incluidas morbilidad y alergias.
3. Antes de prescribir, asegúrate de tener toda la información necesaria sobre el medicamento que vas a seleccionar, incluyendo las posibles reacciones adversas y las interacciones. Si tienes dudas, consulta a un farmacéutico.
4. A veces, el riesgo asociado al medicamento que vas a prescribir es mayor que los posibles beneficios, de modo que antes de hacerlo, piensa: “¿es realmente necesario prescribir este medicamento?”
5. Comprueba las alertas que te ofrezca tu sistema de prescripción. Sólo así, podrás enterarte de alergias a fármacos o de la existencia de interacciones clínicamente relevantes.
5. Comprueba las alertas que te ofrezca tu sistema de prescripción. Sólo así, podrás enterarte de alergias a fármacos o de la existencia de interacciones clínicamente relevantes.
6. Repasa las prescripciones antes de firmarlas para detectar posibles errores.
7. Implica a los pacientes en las decisiones relacionadas con su tratamiento y ofréceles la información que necesiten para la administración correcta de los medicamentos, para que puedan reconocer las reacciones adversas importantes en caso de que las sufran y para que sepan cuándo deben volver al médico para el seguimiento y/o revisión del tratamiento.
8. Asegúrate de que al paciente se le realizan las pruebas complementarias necesarias para el seguimiento de la efectividad y seguridad del tratamiento farmacológico y de que éstas se realizan con las técnicas e intervalos apropiados.
9. Asegúrate de que, cuando renuevas la prescripción, no lo haces de manera automática, sino que lo haces conscientemente y teniendo presentes todas las advertencias de seguridad.
10. Procura que haya una buena comunicación entre los diferentes médicos que tratan al paciente en lo que respecta a su tratamiento farmacológico, con el fin de evitar malentendidos o errores y poder así conciliar la medicación.
Fuente: “Estrategias para una prescripción más segura”, National Prescribing Centre (NPC).
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