La multa es la segunda más cuantiosa después de la
que debió pagar la compañía Pfizer de $2,300 millones por la venta del
analgésico Bextra.
Abbott incluyó en el Depakote (aprobado en 1983)
usos que no eran los aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos
(FDA), que limitaba su venta al tratamiento de la epilepsia, trastorno bipolar
y la prevención de la migraña.
Incluso, la fiscalía que llevó el caso en EE.UU ha
informado en Washington que existen pruebas de que se pagó dinero a médicos y
farmacias para promover y prescribir el Depakote.
Debido a esta práctica, y tras la determinación
judicial, Abbott deberá publicar los pagos que realiza a los médicos.
La empresa ha sido declarada culpable de falsa
rotulación y práctica abusiva por una práctica que Abbott llevó a cabo durante
diez años y entre las que se cuentan el uso no autorizado del remedio para el
control de la agitación, la agresividad (en personas de la tercera edad),
demencia, esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos.
Los afectados por la compañía recibirán cien
millones de dólares.
En Puerto Rico, el Depakote se usó incluso en
pacientes que participaron en las pruebas para uso pediátrico. La firma posee
en la isla 2,500 empleados en instalaciones situadas en Barceloneta, Jayuya y
San Juan.
La industria farmacéutica de Puerto Rico la
integran alrededor de 50 plantas de manufactura, las cuales generan
aproximadamente 21,500 empleos directos.
Además, este sector juega un rol clave en la
economía de Puerto Rico, donde operan más de 50 plantas en 36 municipios y que
generan alrededor de 95 mil empleos directos, indirectos e inducidos a través
de toda la isla.
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